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fobia de impulsion

Fobias de impulsión

el miedo a perder el control


Las fobias de impulsión son una manifestación particular del trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) en la que las personas experimentan un miedo irracional a perder el control y realizar un acto impulsivo o peligroso. Aunque estos pensamientos son intrusivos y no reflejan los deseos reales de la persona, el miedo a que puedan suceder genera un malestar muy intenso.

Este tipo de fobia implica pensamientos recurrentes sobre la posibilidad de hacer algo catastrófico, como hacer daño a alguien, cometer un acto violento, o incluso decir algo moralmente inaceptable en situaciones inapropiadas. A pesar de que estas personas son conscientes de que no quieren hacer lo que temen, la incertidumbre sobre si perderán el control las consume.

Ejemplos comunes de fobias de impulsión

Algunos ejemplos comunes de fobias de impulsión incluyen el miedo a:

  • Empujar a alguien frente a un tren o en el borde de un precipicio.
  • Atacar físicamente a alguien cercano, como un ser querido, a pesar de no tener deseos violentos.
  • Gritar improperios o comentarios ofensivos en medio de una reunión social o en el trabajo.
  • Autolesionarse repentinamente o tomar decisiones extremas de manera impulsiva, como lanzarse desde una altura.

Es importante destacar que las personas que experimentan este tipo de fobias no quieren realizar estos actos, y la posibilidad de hacerlo les causa un miedo extremo.

En la mayoría de los casos, las personas con fobias de impulsión son muy conscientes de que estos pensamientos son irracionales, pero el temor persiste, alimentando un ciclo de angustia y ansiedad.

Fobias de impulsión y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)

Las fobias de impulsión están muy relacionadas con el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). En el TOC, las personas experimentan obsesiones, que son pensamientos o imágenes recurrentes no deseadas, y compulsiones, que son acciones repetitivas que se realizan para neutralizar esas obsesiones o evitar que ocurran.

En el caso de las fobias de impulsión, la obsesión es el miedo a perder el control y hacer algo terrible, y la compulsión suele ser evitar situaciones o lugares donde creen que ese "impulso" podría manifestarse. Por ejemplo, una persona que teme empujar a alguien frente a un tren podría evitar estaciones de trenes o plataformas de metro, o una persona que teme lastimar a un ser querido podría evitar estar a solas con ellos.

Este ciclo de miedo y evitación puede convertirse en una limitación importante en la vida de la persona, afectando su bienestar y su capacidad para realizar actividades cotidianas.

¿Por qué ocurren las fobias de impulsión?

Las fobias de impulsión, como otras formas de TOC, están relacionadas con la forma en que el cerebro procesa la información. Las personas que experimentan estas fobias tienden a tener un alto nivel de intolerancia a la incertidumbre, lo que significa que se sienten muy incómodas ante cualquier posibilidad de que un pensamiento intrusivo pueda volverse realidad. Este miedo a la incertidumbre alimenta la idea de que deben controlar sus pensamientos y emociones, y cuando no pueden, sienten una angustia significativa.

También influye el perfeccionismo y el sentido de responsabilidad excesivo. Las personas con fobias de impulsión a menudo tienen creencias irracionales sobre el control y la moralidad, como pensar que simplemente tener un pensamiento negativo significa que son malas personas o que están en riesgo de actuar en consecuencia.

¿Cómo se tratan las fobias de impulsión?

Afortunadamente, hay tratamientos muy eficaces para las fobias de impulsión, aunque muchas veces, con el simple hecho de conocer lo que significa, hace que rebaje la angustia y no necesite tratamiento.

Dos enfoques terapéuticos que han demostrado ser especialmente útiles son la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) y la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT).

  • Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): La TCC es el tratamiento estándar para el TOC y las fobias de impulsión. En particular, una técnica llamada Exposición con Prevención de Respuesta (EPR) ayuda a las personas a enfrentar sus miedos gradualmente sin realizar las compulsiones de evitación. A través de la exposición controlada a los pensamientos o situaciones temidas, la ansiedad disminuye con el tiempo, permitiendo que la persona aprenda que no está en peligro real.
  • Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT): En ACT, en lugar de luchar contra los pensamientos intrusivos o intentar suprimirlos, se trabaja en aceptar su presencia sin dejar que controlen nuestras acciones. El objetivo es enfocarse en lo que realmente valoramos y aprender a convivir con la incomodidad de los pensamientos sin que nos desvíen de nuestros objetivos. ACT ayuda a desarrollar una relación más saludable con los pensamientos difíciles y la incertidumbre.

Conclusión

Si bien las fobias de impulsión pueden ser extremadamente angustiosas, es importante recordar que estos pensamientos no definen quién eres ni lo que harás.

Las personas que luchan con estos miedos suelen ser muy conscientes de la irracionalidad de sus pensamientos, pero eso no disminuye el impacto emocional que tienen.

Si crees que podrías estar experimentando este tipo de pensamientos, pide ayuda profesional. No tienes que enfrentarte a este miedo solo. Trabajemos juntos hacia una vida más tranquila y en paz.