TRASTORNO BIPOLAR: ¿ES REALMENTE COMO PENSAMOS?
¿Alguna vez has pensado que eres bipolar o que alguien cercano a ti lo es? Te explicamos qué es el Trastorno Bipolar y cómo identificarlo.
Seguro que alguna vez hayamos comentado con alguien: “Esta persona es bipolar…”, o “soy bipolar” porque en ocasiones el estado de ánimo cambia de una forma más rápida de lo usual. Eso me hace preguntarme, ¿sabemos realmente lo que es un trastorno bipolar y todo lo que ello implica? Bueno, pues vamos a explicar de qué trata este trastorno para ser más conscientes al usar determinadas expresiones en nuestro día a día.
El trastorno bipolar (en adelante, TB) es una enfermedad que fue ampliamente conocida como “maníaco-depresiva”, se trata de un trastorno del estado de ánimo crónico y recurrente, caracterizado por fluctuaciones importantes y constantes. Estas fluctuaciones del estado de ánimo constituyen, sumado a otros síntomas, los episodios de manía, hipomanía y depresión. Vamos a explicar en qué consisten estos episodios según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V):
Episodio maníaco:
Estado de ánimo anormal y persistentemente elevado, expansivo, irritable, y un aumento anormal y persistente de la actividad o la energía durante 1 semana todo el día. Manifiestan un cambio notorio del comportamiento habitual, que se presenta de las siguientes formas:
- Aumento de la autoestima o sentimiento de grandeza.
- Disminución de la necesidad de dormir.
- Más hablador de lo habitual o presión para mantener la conversación.
- Fuga de ideas o experiencia subjetiva de que los pensamientos van a gran velocidad.
- Se distrae con facilidad o cambia su foco de atención a otras cosas poco relevantes.
- Aumento de la actividad dirigida a un objetivo (social, en el trabajo o la escuela, o sexual) o agitación motora.
- Participación excesiva en actividades que pueden ser peligrosas o de riesgo.
Todo esto provoca un deterioro importantísimo en el funcionamiento de la persona, en el trabajo, en las relaciones con amigos, pareja, etc. Además, puede necesitar hospitalización para evitar que se haga daño a sí mismo o a los demás.
Episodio hipomaníaco:
El estado de ánimo anormal y elevado es similar al anterior (expansivo, irritable, presencia de un incremento anormal de energía o actividad), pero los síntomas duran menos en el tiempo (4 días). No genera un deterioro tan importante en el funcionamiento de la persona (trabajo, relaciones sociales) y no requiere hospitalización.
Episodio depresivo:
Estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, casi todos los días (o todos) durante 2 semanas (se siente triste, vacío o sin esperanza) o los demás lo perciben así. En niños, se muestra como irritabilidad. Se presenta de las siguientes formas:
- Disminución importante del interés o el placer.
- Pérdida importante de peso sin hacer dieta o aumento de peso. Puede presentarse también como una disminución o aumento del apetito.
- Dormir menos de lo habitual o más.
- Agitación o enlentecimiento.
- Fatiga o pérdida de la energía.
- Sentimientos de inutilidad o de culpabilidad excesiva o inapropiada.
- Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o de tomar decisiones.
- Pensamientos de muerte recurrentes, ideas suicidas recurrentes sin un plan determinado, intento de suicidio o un plan específico para llevarlo a cabo.
Existen dos tipos:
- TB tipo I: aparecen 1 (o más) episodios maníacos y depresivos.
- TB tipo II: aparecen 1 (o más) episodios hipomaníacos y depresivos. Nunca aparecen los maníacos.
Los procesos más afectados son la atención, la memoria y las funciones ejecutivas (encargadas de regular procesos mentales de alta complejidad). En las fases agudas (manía e hipomanía) se observan errores de distracción, perseveración y omisión. Asimismo, se asocia a un enlentecimiento en la ejecución o tiempo de reacción.
Existe una amplia evidencia científica sobre las alteraciones en los procesos de iniciación, toma de decisiones, localización de la atención, planificación, organización y regulación del comportamiento y control inhibitorio (Flórez y Escudero, 2017; Baena-Oquendo et al., 2021). Con respecto a la psicomotricidad, puede observarse un enlentecimiento motriz en la fase depresiva, mientras que en la fase maníaca/hipomanía se observa una aceleración motriz.
De manera implícita, este trastorno conlleva un peor rendimiento cognitivo y funcional, lo cual genera un fuerte impacto negativo en la calidad de vida de la persona. Las personas con este tipo de trastorno suelen experimentar importantes repercusiones a nivel personal, social y ocupacional (Baena-Oquendo et al., 2021). Comúnmente se ha asociado a un incremento de la tasa de mortalidad, principalmente a causa del suicidio y por enfermedades cardiovasculares. Además, se ha podido observar en estas pacientes alteraciones en los ciclos de vigilia-sueño.
En resumen, el TB es una enfermedad grave y altamente incapacitante, que puede llegar a interferir en la vida del paciente y su contexto. Incluso, durante los episodios agudos de esta enfermedad puede peligrar la integridad de la persona y su ambiente cercano. De hecho, sólo un tercio de los pacientes que han padecido una crisis aguda son capaces de recuperar totalmente su funcionalidad.
A estas alturas, es probable que pienses que no tiene mucho que ver lo que se piensa comúnmente sobre la “bipolaridad” con lo que realmente es un Trastorno Bipolar. Si queréis saber más no dudéis en poneros en contacto con nosotros para ayudaros a gestionar este problema y centrarnos en vuestro caso en particular.
Referencias:
American Psychiatric Association (2014). DSM V: Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales.
Baena-Oquendo, S., Valencia, J. G., Vargas, C., y López-Jaramillo, C. (2021). Aspectos neuropsicológicos del trastorno afectivo bipolar. Revista Colombiana de Psiquiatría. https://doi.org/10.1016/j.rcp.2020.08.003
Flórez, J. A. R., & Corrales, C. E. (2017). Características Neuropsicológicas y bases biológicas y conceptuales del Trastorno Afectivo Bipolar. Katharsis: Revista de Ciencias Sociales, (24), 239-268.