Esta es una de las frases más escuchadas posiblemente en terapia. Vivir en la era de la información puede ser a veces maravilloso, pero otras veces es contraproducente.

No os podéis hacer una idea, de la cantidad de adolescentes jóvenes que vienen a terapia diciéndonos “creo que soy TLP (trastorno límite de personalidad” o “tengo depresión”, “tengo trastorno bipolar, creo que lo soy, estoy seguro” …. Y así a diario, los psicólogos nos enfrentamos a una primera entrevista donde internet ó tick tock han sido mi gran fuente de información para diagnosticarme.

Tengo una noticia positiva, y es que posiblemente no tengas el trastorno. Todos nos movemos en rasgos, y es cierto que podemos tener perfiles con ciertas sintomatologías, pero eso no hace que tengamos dicho trastorno.

Cuando un psicólogo / psiquiatra profesional de la salud mental, finalmente hace un diagnóstico de una enfermedad mental, no solo se basa en un momento vital donde una persona no ha sabido gestionar, sino que va más allá tiene en cuenta la frecuencia, la intensidad de los síntomas, la periocidad del mismo, evalúa mediante pruebas diagnósticas los diferentes comportamientos, hace minuciosas entrevistas, tiene en cuenta los ambientes, y sobre todo los criterios diagnósticos ( que no son sacados de internet) si no de libros como DSM-VI o CIE-10 que son realizados por profesionales de la salud para poder realizar un diagnósticos.

Si no tengo un trastorno, ¿no tengo que ir a terapia?, me siento mal si voy porque hay gente que está peor que yo

La mayoría de las personas por lo tanto no tienen trastornos como tal, y vienen a terapia. Esto quiere decir que sí, si te encuentras en un momento personal abatido, desganado, desinteresado, con síntomas de ansiedad, con preocupaciones continúas ¿Por qué esperar a empeorar?

Siempre pongo el ejemplo en terapia, de cuando estamos comenzando a incubar un cuadro gripal, no espero a tener una neumonía para ir al médico ¿no? Acudo, cuando me encuentro mal, y cuanto antes prevenga el problema mejor. (si no es el caso de lo que haces, deberías aprender a cuidarte)

Pues en la misma línea ocurre con los problemas de salud mental, cuanto antes comencemos a gestionar, a evaluar, cambiar, modular ciertos comportamientos, con más eficacia/ rapidez conseguiremos los objetivos planteados.

Con respecto a la pregunta ¿hay personas peor que yo?, seguramente te diré que sí, pero esto en todos los ámbitos y circunstancias de la vida. Y no por ello, dejamos de vivirla.

Ir a terapia es un proceso de crecimiento y transformación personal, a veces no se basa en tener un problema, ya os digo la mayoría no tienen problemas graves como tal. Pero ir a terapia si supone un conocimiento pleno de lo que es tu cerebro-cuerpo. Y esto es enriquecedor.

Como psicóloga te animo que si tienes dudas sobre si ir o no a terapia, la respuesta va a ser rápida “ve”, por algo lo estas pensando.

Y aunque los profesionales de salud mental estén estigmatizados en algunas ocasiones, os diré que son los mejores preparados para atenderte. Un buen psicólogo se reconoce porque conoce las teorías del comportamiento humano, empatiza, conoce el funcionamiento de las bases cerebrales, es bueno realizando análisis, en la entrevista con él/ella no te sentirás juzgado o criticado. La formación del psicólogo se basa en los años de la carrera más máster, y además cuando trabajan de forma multidisciplinar realizan análisis de casos, por lo que la formación entre ellos es continúa. Otro punto que diría a favor de los psicólogos es que ven una media de 30 pacientes o 40 a la semana, por lo que tener un gran ojo clínico suele ser su fuerte.

Ir a terapia no es de estar loco, ni es de débiles, ni no tengo que ir porque como no tengo un trastorno…. Ir a terapia es una oportunidad para mejorar como individuo, tener posibilidad de reconstruir tu concepto de la vida/yo, y sobre todo es un espacio personal de salud que creo que todos deberíamos tener acceso con cierta facilidad.