MENTIRAS INFANTILES. CLAVES PARA MANEJAR LAS MENTIRAS DE LOS NIÑOS.
Las mentiras pueden ayudarnos a conocer el desarrollo social y cognitivo de los niños, sin embargo el uso excesivo de ella puede afectar a la relación que mantienen con sus padres.
Todos hemos tenido la experiencia de ver como algunos niños tienen una gran facilidad para ocultar la verdad, es cómo si hicieran del engaño un arte, incluso cuando la evidencia se presenta delante de sus ojos, se reafirman una y otra vez en su discurso engañoso. Hoy trataremos de entender la función de la mentira, conoceremos sus posibles causas y finalmente conoceremos pautas para ayudar a que nuestros hijos no hagan de la mentira un hábito inadecuado.
¿Qué significa mentir?
Según el diccionario de la psicología, mentir es expresar lo contrario a la verdad, aun sabiendo que no es cierto. Podríamos considerar que mentir consiste en mantener una idea, en desacuerdo con la verdad, con el fin de inducir a error a otros. Cuando se trata de dar a la mentira apariencia de verdad, y tratar de hacer ver a otra persona que lo que se expresa es cierto, se produce lo que se conoce como engaño.
¿A qué edad comienzan a mentir los niños?
Diversos estudios señalan que los niños son capaces de mentir a una edad mucho más temprana de lo que los adultos creen. Por ejemplo, el psicólogo Paul Ekman (1999), autor más representativo en el estudio de la mentira, señala que a partir de los 4 años (quizá antes) algunos niños ya saben mentir; no es que se estén equivocando cuando tratan de expresar una verdad, ni confundiendo la fantasía con la realidad, sino que sobre esa edad ya realizan intentos deliberados de engañar.
¿Por qué mienten los niños?
Algunas investigaciones señalan que los niños pueden sentirse motivados a mentir:
- Cuando nosotros mentimos. Los niños aprenden por observación e imitación, y pueden valorar los beneficios de hacerlo y comenzar a imitar a los adultos.
- Cuando forma parte de un juego o fantasía. Mienten porque la mayoría de los niños de 2, 3 y 4 años tienen una imaginación muy grande e inventan historias que ocurren en sus pequeñas cabezas.
- Cuando no comprendemos sus necesidades. Si el niño percibe que sus necesidades (atención, cariño, cuidado, etc.) no pueden ser entendidas o cubiertas, es posible que engañen para conseguir satisfacerlas.
- Cuando sienten miedo. Puede ser la principal causa de la mentira en los niños. Pueden experimentar miedo a ser castigado, a las regañinas, a la falta de amor, miedo a decepcionar o desilusionar a sus padres.
- Cuando sienten frustración: al sentir que son responsables de alguna situación, y no haber cumplido con sus propias expectativas o la de los adultos, es posible que los niños mientan para lidiar con la frustración entre lo que se espera y lo que se hizo.
- Cuando los padres exigen demasiado. Poner el listón muy alto a los niños puede motivarlos a mentir para hacer creer a sus padres que están al nivel que les exigen y no defraudarles.
- Cuando sienten necesidad de atención. Ante situaciones desconcertantes ( divorcios, fallecimientos, nacimiento de un hermano, etc.), puede que el niño no pueda recibir toda la atención que necesita y busque captarla aunque sea a través de una reprimenda por mentir.
Una de las funciones psicológicas que tiene la mentira es la de autoprotección (protegerse de castigos o de evitar que salga a la luz algún comportamiento incorrecto). Cuando los niños mienten, pueden invadirles sentimientos de culpabilidad por algún suceso ocurrido, provocando inquietud y malestar; así necesitan liberarse de ese sentimiento y justificar lo ocurrido, aunque sea con una mentira.
¿Por qué unos niños mienten más que otros?
No existe una respuesta clara al porqué, según Ekman (1999) que algunos niños mienten más que otros mentiras puede depender de varios factores ( inteligencia, personalidad, inadaptación, padres, amigos , características individuales, de la situación y de la edad ).
¿ Qué puedo hacer si mi hijo miente demasiado?
Os dejamos algunas recomendaciones para evitar mentiras innecesarias por parte de nuestros hijos.
- Tras descubrir una mentira, evitar responder con Ira, ya que sentará las bases de una relación de comunicación basada en el miedo. Es mejor centrarse en el motivo de la mentira, tratar de que sin forzar la confesión, explicar que necesitamos explicaciones sinceras porque nos preocupamos por ellos.
- Fomentar un ambiente de tranquilidad: propiciar un ambiente relajado, donde el niño pueda sentirse libre, y que facilite la comunicación entre los padres. Esto implica evitar despertar miedo y ausencia total de represión.
- Desarrollar una relación de confianza. Demostrar con regularidad que confiamos en nuestro hijo. Demostrar al niño que nuestro cariño por él es independiente de sus opiniones o actos.
- Comprender la motivación detrás de la mentira. Conocer por qué nuestro hijo decidió mentir y las consecuencias (a quién afecta la mentira y cómo) es lo que más importa.
- Disminuir la severidad de los castigos. Cuando se aplican castigos, mientras más severos son, mayor es la tendencia a mentir.
- Ser pacientes pero a la vez firmes con nuestros hijos. No seamos demasiados estrictos en cosas que no son realmente importantes y expliquemos claramente el motivo de nuestras prohibiciones.
- Ofrecerle modelos claros de responsabilidad y sinceridad. Evitemos decir mentiras en su presencia, para no ser un modelo que puede confundir lo que tratamos de transmitirles.
- Fomentar el desarrollo moral. Hacer hincapié en el efecto que tiene la acción sobre los demás, no solamente en la mala acción en sí.
- Cuando nuestro hijo cuente la verdad, debemos felicitarle por su valentía y procuraremos, dentro de lo posible, relativizar su falta, y demostrarle que seguimos confiando en él.
- Establece una relación de confianza. Habla con tus hijos sobre tus necesidades, lo importante que es para ti la honestidad y la sinceridad.
- Tratemos de observar que es lo que realmente necesita nuestro hijo, posiblemente haya algo que se nos esté escapando a nuestra vista. Si habla sobre sus necesidades o sentimientos, no las justifiquemos, ni juzguemos, sino que perciban que nos preocupamos y que pueden contar con nosotros. De esta forma estaremos apreciando y valorando sus necesidades.
- Saber escuchar: cuando nuestros hijos tienen algo importante que decir, dejar que hablen hasta el final, sin interrupciones. Dejar que den sus explicaciones y no juzgar aquello que nos cuentan, al menos, hasta que hayan terminado de hacerlo.
- Es importante que nuestros hijos vean que es mejor decir la verdad que mentir, principalmente porque hará que siempre confiemos en ellos y por lo tanto les demos más responsabilidades y libertades.
- Cuando descubrimos que nuestro hijo nos ha mentido, podemos sentirnos traicionados y/o decepcionados. Podemos evitar dejarnos llevar por la irritación, el enojo o la rabia, si aprendemos a dejar espacio para la comprensión. Si no sabemos qué ocurre, no podemos intervenir, proteger, avisar, aconsejar o castigar (si ello es necesario). Intentemos comprender por qué ha surgido la mentira, el motivo por el que su hijo miente.
Que nuestros hijos dejen de mentir dependerá del miedo que tengan a ser descubiertos, y la mejor manera de mejorar la confianza con nuestros hijos es comprender antes que castigar.
Referencias Bibliográficas:
Ekman, P. (1999). Por qué mienten los niños. Barcelona: Paidós.
Ekman, P. (2010). Cómo detectar mentiras en los niños. Claves para fomentar la sinceridad en los niños. Buenos Aires: Paidós