¿Disfruto de mi trabajo?
El ser humano necesita crecer y tener aspiraciones, pero a veces estos objetivos no se ven cumplidos y sin darnos cuenta provocamos unos sentimientos de frustración e insatisfacción.
Prolongar en el tiempo estos sentimientos es una forma de crear estrés.
La frustración es un sentimiento común. Seguro que si lo piensas bien en más de una ocasión lo has vivido. Posiblemente, en la infancia, tus padres han creado expectativas bajo alguna condición que finalmente, por alguna razón, no se ha visto cumplida.
“Si logras sacar todas las asignaturas con sobresaliente, te compraré el juego que tanto quieres”
Y aunque parezca increíble, educar en ello es una forma de tener bienestar emocional. Para ello te invito a que leas el post sobre la necesidad de educar en la disciplina positiva y el cariño
https://centroemociones.es/blog/disciplina-positiva-educando-con-firmeza-y-cariño/
Cuando comenzamos un trabajo, la motivación, la rutina, los compañeros. Todo comienza siendo un sueño. Pero si no sabes cómo disfrutar del trabajo, éste se volverá tu peor pesadilla. La realidad es que en la mayoría de ocasiones y si no hay agentes externos que nos entorpezcan (mobbing, sobrecarga, poco compañerismo, problema salarial, etc…) podemos ser nosotros mismos lo que provoquemos el estrés.
¿Cómo vamos dejando de disfrutar del trabajo?
1.Elegir un trabajo únicamente por el salario o por las condiciones. Realizar un trabajo donde no disfrutemos, una actividad que nos resulte monótona, aburrida, e incluso realizar una tarea que nos resulte desagradable es una forma de comenzar a crearnos a nosotros mismos insatisfacción y estrés.vPiensa que no es la misma motivación levantarte con ganas de ir a trabajar que pensar “otra vez, vuelta al trabajo, que ganas de acabar la semana”.Si tienes la sensación de que te levantas pensando de este modo, debes poner remedio, y comenzar a investigar qué es lo que realmente te gusta. Seguro que hay actividades que te son más placenteras
2.Tener unas altas expectativas de crecimiento. En alguna ocasión, he visto personas que esperan en un año un aumento de sueldo, un aumento de categoría. Incluso han alegado ser mejor que sus propios jefes, y puede ser posible que así sea. Pero el crecimiento en cualquier empresa lleva su tiempo de evaluación. Si llevamos dicha predisposición, posiblemente en nuestro segundo año ya estemos quemados, sin ganas y con apatía. Por lo que cualquier sobre-carga la valorarás como un mundo
3. No usar una agenda, o no tener una organización del trabajo. Esto es bastante común, la gente que sufre estrés debido a causas personales no tiene una organización real del trabajo. Incluso a veces se ven desbordados, porque constantemente cogen una nueva tarea y dejan las pendientes a medio hacer. Tener una buena organización, un planteamiento adecuado e ir realizando objetivos diarios, es una forma de disfrutar y librarnos del estrés.
4. No tener horario. Esto sobre todo lo sufren en su mayoría los autónomos, pero también puede darse en algunas empresas. Evidentemente hay que saber poner límite al trabajo, sobre todo porque muchas veces quieres obtener más rendimiento, pero nuestra mente necesita descansar y no es lo mismo trabajar despejado, que cansado y abatido, ya que tu rendimiento se ve mermado. Por lo que, si quieres realmente dar el 100% de ti en el trabajo, debes hacerlo de manera realista.
5. No aceptar los errores, la baja tolerancia a recibir críticas. Hay personas que están acostumbradas a escuchar refuerzos y halagos, pero cuando escuchan una crítica, tienden a echar la culpa a los demás e incluso a no aceptarla. Así que, te recomiendo entrenarte en la siguiente idea: “todos nos equivocamos y ser conscientes de que cometemos errores, es una buena forma de no sufrir de manera desproporcionada cualquier dificultad”
Identificar cual es la causa de tu estrés y la insatisfacción puede ser de vital importancia para tu bienestar. Las primeras alarmas de sufrir estrés son llegar a casa abatido, sin ganas de hablar, estar irascible, comer poco o mucho, tener sensación de insatisfacción constante por el trabajo que has realizado.
Si comienzas a tener alguna de estas sensaciones e incluso si sientes que por ti mismo no puedes controlar esta situación, es momento de buscar la ayuda de un profesional terapéutico. Él o ella podrá darte las herramientas necesarias acordes con tu personalidad para trabajar dicho problema.