El estrés es una reacción fisiológica que se presenta en nuestro organismo, provocando a quien lo sufre un malestar significativo caracterizado por agotamiento físico, bajada de peso, pérdida de apetito, apatía y desgana, entre otros síntomas.

El estrés es una respuesta natural del organismo.

Cuando hablamos de estrés directamente lo relacionamos con un estado de malestar, pero no siempre es así, el estrés puede ser beneficioso.

La activación que sufre el organismo antes las situaciones que valoramos como novedosas, incontrolable o “peligrosas” es de carácter adaptativo, siendo éste un rasgo propio de nuestra especie. En otras palabras, la activación que sufre nuestro organismo cuando estamos ante una situación incontrolable es realmente una herramienta de supervivencia.

Por ejemplo, si nos encontramos ante una situación realmente peligrosa como puede ser el ataque de un animal peligroso o un accidente de coche, el cuerpo inicia una serie de respuestas fisiológicas: palpitaciones, sudoración, dilatación pupilar…, lo que le permite enfrentarse con mayor capacidad a la situación temida. En su día, en términos médicos se definió como el Síndrome de Adaptación General, descrito en 1950 en el British Medical Journal. Entre las respuestas fisiológicas también se encuentran un aumento de las funciones cognitivas y respuestas del cerebro, así como el estímulo del sistema inmunitario a corto plazo. Para ello el doctor John Whyte en un artículo publicado en The Huffington Post.

"Si te enfermas, el estrés hace que se generen hormonas con el objetivo de combatir gérmenes y similares".

Por lo que en realidad querer dejar de sentir estrés es como querer perder un mecanismo de defensa propio de nuestra especie.

¿Qué problemas provoca no saber controlar el estrés?

El estrés es una respuesta normal de nuestro organismo, ante una situación que puede ser valorada como ansiógena. El problema ocurre cuando esta respuesta del organismo se comienza a sufrir todos los días (se cronifica en el tiempo) o se responde ante los síntomas con miedo… En este caso comienza a derivarse otros problemas relacionados con la activación como el:

• Insomnio
• Dificultad para concentrase
• Incapacidad para tomar decisiones
• Bloqueos mentales
• Irritabilida
• Labilidad emocional
• Olvidos
• Dificultad para mantener la atención
• Preocupación excesiva

Todo ello provoca un deterioro emocional, psicológico y físico en la vida personal y laboral de la persona. Es por ello que si te encuentras en esta situación te invito a que sigas algunos de nuestros consejos acerca del estrés. Pero si con estos consejos no consigues salir del estado de alerta. No dudes en acudir a un profesional sanitario que te pueda ofrecer unas pautas personalizadas.

QUÉ HACER ANTE UN ESTADO DE ESTRÉS LABORAL.

1. Duerme 8 horas al día. Intenta respetar tu horario de trabajo, no te lleves las preocupaciones o los pensamientos como “tendría que hacer” a la cama. Es una manera de tener la mente siempre en funcionamiento y con ello tu organismo. No dejando así que pueda descansar.
2. Tómate pequeños descansos en el trabajo. Entre las diferentes tareas que realice sal, estira las piernas camina un poco…
3. Trabaja tu leguaje interno. Si comienza a tener un lenguaje negativo posiblemente solamente consigas activar más la respuesta del organismo. Pues sigue percibiendo la situación como peligrosa.
4. Aprende a respirar adecuadamente. Aprender técnicas de respiración y relajación ayuda a nuestro organismo a hacer frente a las situaciones ansiógenas.
5. Practica deporte. Deja que tu organismo libere toda la tensión acumulada, dale función a toda esa activación.
6. Sal con tus amigos. Ríete, práctica el desconectar la mente, está prohibido hablar todo el día de trabajo o proyectos. Seguro que tienes alguna afición que compartes. Aprende a liberar tu mente.